Unos amortiguadores en mal estado pueden aumentar la distancia de frenado entre un 35% y un 50%.
Unos amortiguadores en mal estado pueden aumentar la distancia de frenado entre un 35% y un 50%.

Unos amortiguadores en mal estado pueden aumentar la distancia de frenado entre un 35% y un 50%.

12 de septiembre de 2024
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¿Sabías que unos amortiguadores en mal estado pueden aumentar la distancia de frenado entre un 35% y un 50%? Además, ¿sabías que aumentan el riesgo de aquaplaning? ¿Qué puede pasar si las 4 ruedas no están en contacto con el asfalto?
Los amortiguadores son una pieza clave para asegurar la seguridad durante la conducción del coche. Su función principal es que los cuatro neumáticos estén en contacto con la carretera. Si están en buen estado, absorben las irregularidades del terreno, lo que aumenta la estabilidad, evita perder el control y también proporciona mayor confort a los pasajeros.
La importancia de los amortiguadores no solo radica en mejorar la estabilidad y el confort, sino que también son un elemento de seguridad muy importante, ya que, por un lado, todos los sistemas de seguridad funcionan mejor, los tiempos de frenado se reducen y las maniobras bruscas para corregir la trayectoria y evitar accidentes se pueden realizar de manera más eficiente.
Imaginemos una frenada brusca, donde el ABS (sistema antibloqueo de frenos) nos ayuda a que las 4 ruedas frenen al mismo tiempo; si una de estas pierde el contacto con la calzada debido a una amortiguación deficiente, el sistema antibloqueo no será eficiente, lo que podría desencadenar una pérdida de control del vehículo.
Por tanto, los amortiguadores son vitales para garantizar que, durante la conducción, las 4 ruedas estén siempre en contacto con la carretera y que todos los sistemas relacionados con la frenada y la dirección del vehículo funcionen correctamente.

¿Cuándo deberíamos cambiarlos? Normalmente se recomienda hacerlo entre los 65,000 y los 90,000 km, o bien si notamos alguno de estos síntomas en nuestro vehículo:

  • Desgaste irregular de los neumáticos.
  • Aumento en el tiempo y la distancia de frenado.
  • Mayor dificultad para controlar el vehículo en las curvas o en zonas peligrosas (aquaplaning).
  • Aumento de las vibraciones del vehículo.
  • Mayor sensibilidad al viento lateral.
  • Pérdida de iluminación del vehículo.
  • Hundimiento del eje trasero al acelerar.
  • Sensación de que no se amortiguan las irregularidades del terreno.

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